Cuando se habla de Ian Curtis se cae en un montón de falacias e invenciones superficiales sobre un performer atormentado y que más de una vez no hacen justicia a su obra a través de los años.
Vale decir que esta obra por
primera vez editada en argentina ya tiene una edición anterior en castellano lanzada en España en 2008, y que está impresa en letra de molde en español ibérico
por Metrolitan, que dificulta su lectura por los modismos y vueltas sintácticas
de dicha edición. Volviendo a la edición nacional, me es licito decir que es una
publicación realizada a conciencia y muy cuidada por Dobra, que se hace de muy fácil
lectura desentrañando muchísimas cuestiones respecto a la vida, obra y gestación
artística de Curtis y compañía.
La mayoría de las veces las biografías
de los artistas ya pasados al panteón del olimpo, por sus seguidores, tratan de
mostrarnos una visión maniquea del mismo, dado que el éxito en ventas tiene un
papel importante, aunque aquí nos encontramos con un contraste mucho más rico
en vivencias y una visión del futuro mucho más desnuda que lo que se nos ha
querido mostrar sobre la obra de un puñado de jóvenes de Manchester, enclavada en
una línea de tiempo que marcó un antes y después para los que aparecen en este
libro, como así también para sus acólitos alrededor del mundo.
Sumamente el éxito es tan subjetivo
y desesperanzador que muchas veces puede ser más perjudicial que la falta del
mismo, aquí podemos leer las peripecias que un ser humano con una visión del
mundo tan oscura como el ala de un cuervo, y que pudo crear un mensaje superador al
paso del tiempo e inalterable para las generaciones por venir, dicho esto, es
claro que sus discos siguen siendo reeditados y se venden mucho mas hoy que en
sus días de acción. Creo yo que esto sucede más por una razón genuina y de peso
de la obra en sí, que por una cuestión de morbo necrológico por la muerte de
Curtis el 18 de mayo de 1980.
La mística de sus canciones está presente
aquí con un muy detallado apéndice de sus letras más un apartado para canciones
inéditas y fragmentos de ideas inconclusas. También nos encontramos una pormenorizada
lista de sus shows mientras estuvieron activos y para los seguidores
completistas una rica y muy detalla discografía para devanarte los sesos y
agotar las existencias en metálico de tu billetera.
En definitiva, los excesos están presentes
y suelen ser tan tóxicos como las relaciones personales, aquí podremos leer
como a veces la aceptación de la obra de un grupo musical despierta el poder
destructivo del mismo, como así también del entorno circundante y la llegada de
nuevas personas entrampa la visión de Curtis como el futuro de Joy División. Pero
ponerlo en contraste es tan complicado como lo sucedido en aquellos años donde
las relaciones monogámicas eran muy fuertes para la sociedad inglesa, adicta a
una doble moral con ribetes que invitaban a la paranoia. La misma doble moral
que la prensa amarilla explota hasta nuestros días, más una prensa especializada
que no podía desentrañar el entramado lirico y musical de un combo que estaba
marcando patrones desde su inicio para adelantarse a sus pares de la época.
Estoy esquivando las etiquetas sobre
su arte y música, porque a mi entender sería muy mezquino tratar de encerrar
todo ese vendaval creativo e incomparable en una palabra que sectorice su
legado, y mucha gente sienta condicionado su interés y posibilidad de
conocer una factoría de arte genuina. Los pormenores de la vida de Ian en
solitario como así también de Joy División están muy bien reflejados por
allegados íntimos y gente que circundo al grupo como su manager, críticos musicales
de la época, colegas y músicos que descubrieron su inclinación por la música después
de presenciar algunos de sus tortuosos y luminosos shows.
Esto es lo que podremos descubrir en este libro que nos despejará muchas incógnitas y por otro lado nos pondrá ante las puertas de un futuro incierto después de su lectura y como premonitoriamente Ian Curtis escribió en el comienzo de la inédita “Deadline” en 1979. “Los destinos siempre varían…”
Elio Martinez.
Cosa Salvaje Zine.
Esto es lo que podremos descubrir en este libro que nos despejará muchas incógnitas y por otro lado nos pondrá ante las puertas de un futuro incierto después de su lectura y como premonitoriamente Ian Curtis escribió en el comienzo de la inédita “Deadline” en 1979. “Los destinos siempre varían…”
Elio Martinez.
Cosa Salvaje Zine.